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viernes, 7 de noviembre de 2014

Ser común y corriente


Pregunta: “¿Me he equivocado de sitio? Tan solo quiero ser ordinario y feliz. Quiero una mujer a la que amar, y que me ame; amigos con los que pasar el tiempo y disfrutar. No quiero ‘iluminación’. ¿Me he equivocado de sitio al venir aquí…?

            Respuesta de Osho:

Siglos de educación errónea han confundido tu mente completamente acerca de la iluminación. La mera palabra parece de otro mundo, no de la Tierra; la mera palabra parece contener algo que sucede después de la muerte o a los que ya se han muerto. Eso es absolutamente erróneo.
            Si quieres ser feliz no hay otro camino que la iluminación. Si quieres ser ‘ordinario’, jamás nadie ha sido ordinario, sin la iluminación. Si quieres amar y ser amado es imposible sin la iluminación. Así que tendrás que comprender mi concepto de la ‘iluminación’. Es simplemente ser ordinario, sano, consciente, entero, total.
            Todas las mentes buscan algo extraordinario. Eso es el “ego” –siempre tratando de ser alguien en particular, siempre con miedo a no ser nadie, siempre temeroso del vacío, siempre tratando de llenar el vacío interno con cualquier cosa. Todos los seres humanos buscan lo extraordinario, y eso crea una infelicidad. No es posible… No ser nadie es tu naturaleza; “no-ser” es el elemento del que estás hecho. Lo intentes como lo intentes, nunca triunfarás, incluso los ‘Alejandros’ fracasan. No puedes ‘ser alguien’, porque eso no es posible en la naturaleza de las cosas. Únicamente puedes no ser nadie. Pero no hay nada erróneo en no ser nadie; de hecho, en el momento en que lo aceptas, inmediatamente la dicha comienza a fluir de ti en todas direcciones, porque la infelicidad desaparece. La infelicidad es la sombra del “ego” y la sombra de la mente ambiciosa. La infelicidad significa que estás haciendo algo imposible, y como estás fracasando en ello, eres infeliz. Estás haciendo algo innatural, intentando hacerlo, y fracasando, así que te sientes frustrado, desdichado.
            El infierno no es otra cosa que el resultado final de un esfuerzo imposible, innatural. El cielo no es otra cosa que ser natural.
            NO ERES NADIE. Has nacido como un “nadie” –sin nombre, sin forma- y morirás como un “nadie”. El nombre y la forma están solo en la superficie, pero en lo profundo eres un espacio enorme. Y es hermoso, porque si eres alguien, estarás limitado. Es bueno que Dios no permita que nadie sea alguien: si eres alguien serás finito, limitado, serás un ser aprisionado. No…, Dios no permite eso. Te da la libertad de ser “nadie” –infinito, sin fin. Pero tú no estás listo… Para mí la iluminación tiene todo que ver con este fenómeno: reconocer, darse cuenta, aceptar el hecho de que no se es nadie. De pronto, dejas de intentar lo imposible. De pronto dejas de intentar elevarte tirando de los cordones de tus zapatos; comprendes lo absurdo que es, y dejas de hacerlo. Entonces la risa se extiende por todo tu ser y de pronto estás en calma y sereno. El esfuerzo mismo de querer ser alguien está creando problemas…
           
            Y cuando intentas ser alguien, no puedes amar. Una mente ambiciosa no puede amar. Es imposible; porque primero tiene que satisfacer su ambición, y tendrá que sacrificarlo todo por ello. Continuará sacrificando el amor. Mira a la gente ambiciosa…; si están tras el dinero, siempre pospondrán el amor. Mañana, cuando hayan acumulado mucho dinero, entonces se enamorarán, pero ahora es imposible, ahora mismo no es práctico en absoluto, no se lo pueden permitir. El amor es una relajación y ellos están corriendo detrás de algo que conseguir –una meta. Quizás es el dinero, quizás el poder, el prestigio, la política. ¿Pero, cómo van a conseguir amar ‘ahora’? No pueden estar aquí y ahora –y el amor es un fenómeno de aquí y ahora. El amor solo existe en el presente, y la ambición existe en el futuro; así que el amor y la ambición nunca se encuentran.
            No puedes amar. Y si no puedes amar, ¿cómo puedes ser amado por otra persona? El amor es una profunda comunión entre dos seres que están listos para entrar juntos, en este momento, no mañana; que están listos para ‘ser totales’ en este momento, y olvidarse de todo el pasado y el futuro. El amor es el olvido del pasado y del futuro y la rememoración de este momento, este momento palpitante, este momento vivo. El amor es la verdad del momento.
            La mente ambiciosa nunca está aquí, siempre está ocupada. ¿Cómo vas a amar a un hombre que siempre está corriendo? Siempre está en una carrera, en una competición, no tiene tiempo; o bien, piensa que en el futuro, cuando haya alcanzado la meta, cuando haya conseguido el poder que busca, las riquezas que desea, entonces se relajará y amará… Pero esto no sucederá porque nunca se alcanza la meta. La ambición nunca será satisfecha. No es su naturaleza el ser satisfecha. Puedes satisfacer una ambición, pero inmediatamente surgen de ella otras mil ambiciones – la ambición nunca se para. Si la sigues, si la comprendes, puede detenerse ahora mismo; pero si le das energía, ¿entonces cómo puedes amar? Por eso las personas que intentan ‘ser alguien’ son tan desdichadas – porque no están consiguiendo amor, porque no pueden amar.
            El amor es un éxtasis: un éxtasis de una no-mente, un éxtasis del presente, un éxtasis de un estado sin ambición, un éxtasis de vacío.
            Donde están los amantes no hay nadie, tan solo el amor existe

            …Pero a no ser que estés iluminado, el amor se vuelve conflicto, lucha. Uno se va acostumbrando a ello, lo que significa que uno va aletargándose, volviéndose insensible. Por eso todo el mundo parece tan muerto, tan rancio. Apesta. Todas las relaciones se han vuelto rancias, se han vuelto ‘feas’. Así que si realmente quieres amar y ser amado, no es posible tal como eres ahora mismo. “Tienes que desaparecer”. Tienes que irte para que quede una nada limpia, una nada fresca; sólo entonces puede florecer la flor del amor…


(Extraído del libro: “TAO, los tres tesoros”)





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