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sábado, 11 de abril de 2015

El florecimiento de la comprensión



25 de setiembre de 1961.- (Del ‘Diario N°1’ de J. Krishnamurti)

La meditación es el florecimiento de la comprensión. La comprensión no está de las fronteras del tiempo; el tiempo nunca trae comprensión. La comprensión no es un proceso gradual para ser acumulado poco a poco, con solicitud y paciencia. La comprensión es ahora o nunca; es ‘un rayo que destruye’, no una cosa dócil y manejable; es a esto a lo que uno teme, a lo que destroza, y por eso lo evita consciente o inconscientemente.
La comprensión puede alterar el curso de la vida, el modo que uno tiene de pensar y actuar; puede ser agradable o no, pero el comprender es un riesgo para cualquier relación. Pero sin la comprensión no hay fin para el dolor. El dolor termina sólo a través del conocimiento propio, de la lúcida percepción alerta de cada pensamiento y sentimiento, de cada uno de los movimientos de lo consciente y lo oculto. La meditación es la comprensión de la conciencia, la recóndita y la visible, y del movimiento que se encuentra más allá de todo pensamiento y sentimiento.
El especialista no puede percibir lo total; su cielo es aquel en el que se especializa, pero su cielo es un asunto mezquino del cerebro, el cielo de la religión o el del técnico. La capacidad, el don es, evidentemente, perjudicial, porque fortifica el egocentrismo; es algo fragmentario y, por lo tanto, engendra conflicto. La capacidad tiene significación sólo en la percepción total de la vida, la que está en el campo de la mente y no del cerebro. La capacidad con su función está dentro de los límites del cerebro y por eso se torna despiadada, indiferente al proceso total de la vida. La capacidad engendra orgullo, envidia, y su realización se vuelve importantísima; así es como produce confusión, enemistad y dolor; ella tiene su significado únicamente en la percepción total de la vida.
La vida no está meramente en un nivel fragmentario -pan, sexo, prosperidad, ambición; la vida no es fragmentaria; cuando se la obliga a serlo se torna enteramente una cuestión de desesperación y desdicha sin fin. El cerebro funciona en la especialización del fragmento, en las actividades autoaislantes y dentro del campo limitado del tiempo; de ver la totalidad de la vida. El cerebro, por muy educado que esté es sólo una parte, no la totalidad. Sólo la mente(1) ve lo total, y dentro del campo de la mente está el cerebro; el cerebro no puede contener a la mente, haga lo que haga.
Para que haya un ver total, el cerebro tiene que estar en un estado de negación. La negación no es el opuesto de lo positivo; todos los opuestos están estrechamente relacionados entre sí. La negación no tiene opuesto. El cerebro ha de hallarse en estado de negación para que haya un ver total, no debe interferir con sus evaluaciones y justificaciones, con sus acusaciones y defensas. Tiene que estar quieto, no aquietado por compulsión de ninguna clase, porque en ese caso es un cerebro muerto que meramente imita o se amolda. Cuando se halla en estado de negación, está quieto sin preferencia alguna, sin opción. Sólo entonces existe un ver total. En este ver total, que es la cualidad de la mente, no hay uno que ve, un observador ni un experimentador; sólo existe el ver. La mente está entonces por completo despierta. En este estado de completo despertar no existen el observador y lo observado; sólo hay luz, claridad. Cesan la contradicción y el conflicto entre el pensador y el pensamiento.





1- La mente: K. utiliza a la palabra ‘mente’ para referirse a la mente ilimitada, como principio cósmico. El cerebro funciona dentro de la ilimitada mente y la limita, pero cuando el cerebro queda en total quietud (natural, no forzada) el hombre es capaz de VER con la mente ilimitada, siendo este ‘un ver total’; y allí desaparece ‘el observador’.





sábado, 17 de enero de 2015

Comprensión es ‘no opción’

(Del Diario Nª 1 de Krishnamurti)

2 de Setiembre de 1961

La tarde era hermosa en el valle, al lado del torrente, con los verdes prados tan ricos en pastura, las limpias granjas y las arrobadoras nubes plenas de color y claridad. Una de ellas estaba suspendida sobre la montaña, con tan vivida brillantez que parecía ser la favorita del sol. El valle estaba fresco, agradable y rebosante de vida. En torno de él todo era quietud y paz. Se veía ahí moderna maquinaria agrícola, pero ellos usaban todavía la guadaña, y la presión y brutalidad de la civilización no los había alcanzado. Los pesados cables eléctricos corrían sobre postes a lo largo de todo el valle y también parecían formar parte de este mundo tan sencillo y natural. Mientras caminábamos a través de los campos por el estrecho sendero de hierba, las montañas con su nieve y su color parecían tan cercanas, tan delicadas, tan completamente irreales. Las cabras balaban para ser ordeñadas. De modo absolutamente inesperado toda esta pródiga belleza, el color, los cerros, la rica tierra, este intenso valle, todo ello estaba dentro de uno. No es en realidad que estuviera en el interior de uno, sino que el propio corazón y el cerebro se hallaban tan completamente abiertos sin la barrera del tiempo y el espacio, tan vacías de todo pensamiento y sentimiento, que sólo existía esta belleza sin forma ni sonido. Estaba ahí y toda otra cosa había cesado de existir. La inmensidad de este amor, con la belleza y la muerte, llenaba el valle entero y la totalidad del propio ser que era ese valle. Era un anochecer extraordinario…

No existe la renunciación. Aquello que se abandona está siempre ahí, y el renunciar, el abandonar, el sacrificar no existen donde hay comprensión. La comprensión es la esencia misma del no-conflicto; la renunciación es conflicto.
 Abandonar algo renunciando a ello es la acción de la voluntad, la cual nace de la opción y el conflicto(1). La renuncia es un canje(2), y en el canjear no hay libertad sino solamente más confusión y desdicha.



1-      Es decir que nace de ‘un centro’ de dualidad: el ego. Solo el yo psicológico tiene ‘opciones’, mientras que ‘la Conciencia despierta’ no tiene opciones, porque ve y comprende la verdad en cada situación y cosa; no necesita optar..., por que ve la esencia, la verdad. De tal manera que el “Despierto” no ‘opta’ entre alternativas diferentes, sino que comprende, ‘VE’ y fluye sin el conflicto de las opciones.
2-      ‘La renuncia es un canje’: La renuncia nace del ego, del yo que busca una realización. La búsqueda de cualquier realización es “deseo de llegar a ser”, o ‘deseo de obtener’, y está sujeto al engaño del tiempo.
Renuncia es canje para obtener algo (material o espiritual) en el futuro, y todo ello es ‘ego’ enredado en su propia ilusión… VER todo este ‘juego’ es Comprensión, y es el fin del ‘juego’.