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viernes, 28 de agosto de 2015

Una gran Bienaventuranza…



Día 28-9-61.-  (Del “Diario N°1”, de J. Krishnamurti)

En raros e inesperados momentos, «lo otro»(1) ha venido súbita e imprevisiblemente y prosiguió su camino, sin invitación y sin que hubiera habido necesidad de ello. Toda necesidad y toda exigencia interna deben cesar por completo para que ello sea.
La meditación en las tranquilas horas de la madrugada, sin ningún automóvil cerca que metiera ruido, era el descubrimiento de ‘la belleza’. No era el pensamiento; no era ninguna sustancia externa o interna que estuviera expresándose a sí misma; no era el movimiento del tiempo, porque el cerebro estaba quieto. Era la negación total de todo lo conocido, no una reacción sino una negación que no tenía causa; era un movimiento en completa libertad, un movimiento que no tenía dirección ni medida; en ese movimiento había una energía ilimitada cuya misma esencia era silencio, quietud. Su acción era inacción total, y la esencia de esa inacción es libertad. Había una gran bienaventuranza, un gran éxtasis que pereció al ser tocado por el pensamiento.


1- “Lo otro”: Es una de las maneras de como K. se refería a “lo inmensurable”, a ‘La Presencia indescriptible’… Le llamaba “lo otro” por que es una manera de ‘no describir’ aquello que está más allá del plano del pensamiento, más allá de toda descripción.


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